Mamas tuberosas
La mama tuberosa es la alteración del desarrollo y crecimiento de la mama más frecuente en nuestra sociedad y que origina más insatisfacción en las mujeres. Se trata de una constricción o falta del desarrollo de la parte inferior e interna de la mama que deriva en un surco submamario demasiado alto y enclavado, en una falta de expansión del polo inferior de la mama, en unas mamas muy separadas, en una areola grande y herniada, y en definitiva, en una mama con una forma poco atractiva. El nombre deriva de la forma que adquiere la mama, un tubo o cono en lugar de una mama redonda, y científicamente esta entidad se incluye en el grupo de las anomalías de la base de implantación de la mama. Existen distintos grados de mamas tuberosas, lo que hace que muchas pacientes sean conscientes de ello desde la adolescencia, mientras que para otras esta particularidad haya pasado desapercibida hasta que es diagnosticada por un cirujano plástico. Sin embargo, es completamente necesario un adecuado diagnóstico hasta en los grados más leves de esta condición de cara a una intervención quirúrgica. Si el diagnóstico pasa por alto y no es tenido en cuenta durante la planificación quirúrgica y la cirugía, el resultado no será el esperado.
En las pacientes con mama tuberosa no es suficiente la realización de una mamoplastia de aumento convencional. En estos casos, la glándula mamaria necesita una importante remodelación que permita liberar la banda de constricción o brida del polo inferior. Con ello, y mediante un abordaje periareolar, conseguimos expandir y ganar volumen en el polo inferior y medial de la mama así como reducir el tamaño y la herniación de las areolas. Existen técnicas “alternativas” más sencillas para tratar de resolver estos casos, sin embargo, en la mayoría de las situaciones no consiguen tratar el problema de base y los signos de tuberosidad persisten.