Uno de los elementos más importantes de una cara joven es el aspecto de la piel. En otras palabras, la piel suele reflejar de forma muy fidedigna el estado de envejecimiento de un paciente. Por ello, a lo largo de los años se han desarrollado distintos tratamientos con el objetivo de atenuar estos signos de la edad. Uno de los tratamientos clave de rejuvenecimiento facial es, sin duda, el peeling químico.
El peeling químico es un procedimiento no invasivo que, mediante la aplicación de agentes exfoliantes sobre la piel, elimina parcialmente la epidermis y/o dermis. Este proceso conduce a una regeneración dérmica acelerada que mejora las características de la piel. Existen distintos agentes químicos que actúan a distintas profundidades y clasifican los peelings en superficiales, medios y profundos. En los últimos años han aparecido nuevos compuestos farmacológicos que permiten rejuvenecer la piel sin dañarla, de aplicación no invasiva e indolora, sin la necesidad de agujas, sin períodos de convalecencia que interrumpan la vida laboral o social de los pacientes y, sobre todo, sin generar descamación cutánea.
De esta manera, el peeling químico facial nos permite suavizar las imperfecciones de la piel y mejorar la luminosidad, así como eliminar manchas como el melasma, arrugas superficiales y cicatrices como las de la varicela o el acné.