Dentro de la Cirugía Maxilofacial, la traumatología se encarga del diagnóstico y tratamiento de aquellas fracturas que afectan a los huesos del macizo facial. Los mecanismos causales de las fracturas faciales más habituales en nuestra sociedad son los accidentes a alta velocidad y las agresiones, siendo los huesos afectados con más frecuencia los huesos propios nasales y la mandíbula, además de las órbitas, el hueso malar y el maxilar.

El objetivo del tratamiento quirúrgico de las fracturas faciales es recuperar no sólo la estética sino también la funcionalidad de la zona afectada. Las técnicas quirúrgicas habitualmente utilizadas emplean abordajes mínimamente invasivos o con mínima repercusión estética. A través de estos abordajes accedemos al foco de fractura y realizamos la reducción de la misma. Para la osteosíntesis o fijación del hueso se utilizan miniplacas, mallas flexibles o tornillos de titanio que aseguran la estabilidad del hueso a corto y largo plazo, y una regeneración ósea óptima.